Viaje a Talca y Parral (I Día)

Les cuento algunas experiencias del viaje al Sur:
1. Salimos a las 09:30 desde Sargento Aldea 1041, en las afueras de la
Segunda Iglesia Metodista, un grupo de 10 hermanos y hermanas. Luego
de coordinar el viaje en dos vehiculos, la Obispo, Pastora Gloria Rojas,
de la Iglesia Evangelica Luterana en Chile, nos tomamos de las manos y rogo a
Dios nos acompañe en todo el camino.
2. En general el viaje fue tranquilo y mas rapido de lo pensado, no
dejamos de asombrarnos de los daños en la carretera, grandes grietas, caminos
ondulado, puentes que ya no hacian de puente y mas de algun desnivel
que recordaba que el camino habia que hacerlo con moderacion.
3. En la ciudad de Talca nuestro primer encuentro fue en una
poblacion, donde al parecer no habia daños por fuera, pero al escuchar los
testimonios de las personas nos sorprendimos como el dolor y la necesidad estaba
adentro de las casas. Es lo que nosotros llamamos un "Terremoto Mentiroso".
Absolutamente triste, impactante fue llegar al centro de la ciudad,
alli todo era desolacion, la mayor parte las casas, centros comerciales
destruidos! Pero lo mas impactante fue saludar y abrazar al pastor de
la Iglesia Presbiteriana en Talca, aun su rostro reflejaba una experiencia
muy dolorosa y el fuerte abrazo agradecia el recibir a sus hermanos y
hermanas: "No esta solo pastor, traemos el cariño, saludos y solidaridad de miles
de personas, tanto de Chile como del extranjero."
4. Seguimos el camino hacia la ciudad de Parral y la realidad nos es
menor a la de Talca, casi todo en el suelo. Aca nos quedaremos, a las 21h es
el toque de queda, no hay electricidad y mañana a las 06h seguiremos a la
Region del Bio - Bio.

Estimados y estimadas, no fue cansador el viaje, cansador fue ver los
rosotros angustiosoa de las personas, escuchar los miedos latentes por
las replicas, Pero nos anima escuchar los testimonios de solidaridad, de
como ellos ven en nosotros la esperanza de ayuda, pero lo que mas se
valora: estar aqui con ellos.

Un abrazo sintiendolos a cada uno y una de ustedes.

Juan Salazar